¿CUÁNTA IGNOMINIA MÁS SERÁ
NECESARIA?
¡¡FUERA MILIKOS ASESINOS!!
Hace poco más de un año el
mundo entero pudo ver con sus ojos los actos abominables de abuso contra un
joven haitiano por parte de militares uruguayos, invasores y ocupantes en ese
país hermano. Las autoridades nacionales se apresuraron a decir que no es justo
condenar, por un hecho aislado de "cuatro manzanas podridas", a la
"misión de paz" en Haití.
También dicen tener política
de "tolerancia cero" frente a esos abusos y que adoptarían un "castigo
ejemplar". Cuestión que ya no ha
sido.
Nunca fueron hechos aislados.
El castigado es y ha sido este pueblo
hermano de Haití, invadido y devastado por ocupaciones extranjeras desde hace
un siglo, sometido a pagar "indemnizaciones" oprobiosas por haberse
rebelado contra la esclavitud y el
colonialismo y triunfar, abriendo el camino de libertad de este continente.
presidente legítimo para
evitar el ascenso de un pueblo, ha protagonizado innumerables actos de abuso
contra la población civil, incluyendo sangrientas represiones en los cinturones
de miseria de ese país – dejando muertos haitianos -, y a dos años del
terremoto un millón aún viven en carpas mientras la ONU gasta 600 millones de
dólares anuales en mantener la ocupación militar. Las violaciones sexuales se
han denunciado por docenas. Y está comprobado que la MINUSTAH introdujo el
cólera en Haití, con 7000 muertos y medio millón de afectados.
La participación de Uruguay
en esta ocupación es ignominiosa, como la de todos los países latinoamericanos
que se suman a este ensayo de "tercerización" imperialista delegada
en el cual son sus fuerzas armadas las
que cumplen el papel de gendarme del orden imperial (coloniales), liberando así
de la carga a los países centrales que de ese orden se benefician.
En Uruguay, los sucesivos gobiernos y de ellos cada cual
más que el anterior, buscan declaradamente hacer de esta participación un eje
de la política exterior, una “oportunidad para tener presencia institucional”
(sic), vendiendo un servicio de gendarmería (mercenario) a los amos del mundo
queriéndolos pasar como un “servicio a
la paz”. Una nueva "pax romana", una paz de los cementerios. El pueblo haitiano rechaza activamente la
presencia extranjera y se rebela contra ella.
Las violaciones y abusos
sexuales ya habían ocurrido en el Congo, y se
trataron de esconder. En
Haití, lejos de ser hechos aislados, son práctica
consuetudinaria de las
Minustah.
Ahora tenemos la vergonzosa
confirmación. Se ha hecho pública una nueva denuncia por violaciones reiteradas
y violentas contra mujeres, incluso menores de edad, por parte de militares
uruguayos.
Las autoridades nacionales
dicen que esto aconteció en “períodos en los cuales este personal estaba
licenciado por descanso, de modo que no fue en el ejercicio estricto de la
misión”... ¡y a renglón seguido agregan que el gobierno “no conoce la sustancia
de la denuncia, que está en poder de la
ONU ". Antes de investigar y saber, ya se intenta lavar
las manos. Cuando, además, resulta evidente para cualquiera, que la responsabilidad institucional es de
los mandos militares, el Poder Ejecutivo, y el propio
Parlamento.
Dicen que solamente ha habido
"limitadas denuncias". ¿Cuántas se necesitan?
Todas las formas de abuso
sexual, robo, saqueo, y violencia contra la población civil, pero en especial
la violación, son tristes viejos acompañantes de todos los ejércitos de
ocupación de la
Historia. Este
ejército no es menos, y por
cierto no lo es, cuando esas mismas prácticas abusivas y degradantes fueron practicadas
por esas mismas fuerzas armadas contra nuestra propia población, y los hechos
siguen impunes.
Ante el fracaso evidente de
la llamada "misión de paz" en sus objetivos declarados, se habla
ahora de "retiro progresivo" y "coordinado", pero no se ha dado
ningún paso. Uruguay no solo no ha retirado ni un solo soldado; sino que se
pretende aumentar el presupuesto de "defensa" asignado a estas
misiones. Los gastos que no paga la
ONU sino nosotros: son los sueldos más medio sueldo adicional
de compensación, los gastos enteros de una fuerza equivalente que se entrena
para relevar a la fuerza en misión, los gastos de licencia y recuperación
síquica y física una vez retornados,
la compra de equipo y
armamento, muy caros, que en nada le serán útiles a nuestro pueblo, y toda la
logística.
¿Cuánta ignominia más será
necesaria, para que ya no se pueda seguir
cerrando los ojos ante ella?
Un país que podría estar
contribuyendo verdaderamente a la paz y la
solidaridad, con médicos,
enfermeros, maestros, albañiles, arquitectos, ingenieros, técnicos, (que ha
mandado dos Unidades Potabilizadoras de Agua pero ni una sola gota llega a la
población haitiana) dilapida los recursos y el honor olvidando lo que nos dijo
Florencio Sánchez hace hoy un siglo:
"¿Cómo… hacerte comprender que la
exportación de semejantes productos desacredita una plaza;... que es triste,
muy triste, que un país
quiera imponer a la
consideración humana la más inútil, la mas despreciable, la más estúpida de las
funciones orgánicas de sus habitantes?" Cartas de un flojo.
Solo los haitianos podrán
resolver seriamente sus problemas y dirigir la verdadera solidaridad que
requieren. Por el respeto de su autodeterminación, sólo hay una forma de parar
la vergüenza en la que estamos inmersos:
RETIRO INMEDIATO Y TOTAL DE LAS TROPAS
DE HAITÍ.
1 de noviembre de 2012
Coordinadora por el retiro de
tropas de Haití
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