Monsanto es un laboratorio
que hace más de 100 años empezó a desarrollar productos con una característica:
ser altamente perjudiciales para la salud. Un siglo atrás fabricaba Sacarina
para Cocacola, el primer edulcorante cancerígeno, y en la última parte del
siglo XX distribuyó con éxito otro edulcorante mortal: el Aspartamo, mediante
la marca comercial Nutrasweet.
Especializado en herbicidas, Monsanto fue principal
proveedor de Agente Naranja para el ejército norteamericano durante la guerra
de Vietnam, junto al laboratorio Dow que le proveía Napalm, el combustible con
el que quemaban vivos a adultos y niños. Con Agente Naranja, entre 1961 y 1971,
el ejército norteamericano roció indiscriminadamente sobre selva, cultivos y
poblaciones civiles, causando hambre, muerte, discapacidad y, hasta hoy,
malformaciones a más de un millón de vietnamitas.
Otro producto “exitoso” de Monsanto ha sido la
hormona de crecimiento bovino BGH, con su marca comercial Posilac, utilizada
para aumentar la producción de las vacas lecheras, afectando severamente la
calidad de la leche que, a partir de entonces, se extrajo de ubres enfermas y
contaminadas por secreciones y antibióticos.
En la actualidad Monsanto destaca por el desarrollo
de semillas genéticamente modificadas, o transgénicas, cuyas últimas versiones
son las “Terminator”, generadoras de granos estériles incapaces de volver a
germinar, obligando a los agricultores a comprar nuevas semillas cada año, en
lugar de guardar y reutilizar las semillas de sus cosechas como lo hicieron
durante milenios mientras la semilla fue libre.
La soja de Monsanto es el principal producto del
agronegocio. Menos del 5% de la producción se destina a alimentación humana.
Más del 95% es destinada para fabricar ración para ganado y agrocombustibles.
Monsanto es el principal proveedor de glifosato
bajo la marca comercial Roundup, un poderoso agrotóxico de amplio espectro con
el que matan todo ser vivo alrededor de la semilla transgénica desarrollada
para resistirlo. Glifosato es uno de los químicos presentes en el agua que
corre por la red de OSE y que consumen la mayor parte de las vecinas y los
vecinos.
Monsanto es hoy el laboratorio de biotecnología
líder en la producción de semillas transgénicas, pesticidas y paquetes
tecnológicos para el agronegocio. Pero esta movilización no es sólo contra
Monsanto. No es el único. Forman parte de esta perversa corporación genocida
las empresas Dow –tristemente célebre por el Napalm ya mencionado-, Syngenta,
Cargill, Nidera, Basf, Bayerl, Pioneer y DuPont.
Por supuesto que estos gigantes tienen caras o
nombres criollos visibles. Varias empresas se reparten la distribución de
semillas transgénicas y paquetes tecnológicos a nivel local. Por ejemplo
Barraca Erro, que gracias a este perverso negocio se ha convertido en el
segundo mayor exportador de Uruguay, superado sólo por la empresa Conaprole.
También lucran con el agronegocio las empresas Agroterra, Agrosan, Agronegocios
del Plata, Calagua (Greenfrozen), Macció, EcoEnergy y Garmet, entre otras.
Muchos derivados de productos transgénicos están
presentes en “alimentos” que consumimos y damos a nuestros hijos. Estos
“alimentos” son adquiridos bajo marcas como Cocacola, Pepsico, Nestlé,
Pringles, Hellmans, Knorr, Unilever, Heinz, Kelloggs, Cadbury, Lipton, Quaker,
Kraft, Nestúm, entre muchas otras. Son refrescos, snacks, caldos, mayonesa,
alimento para bebés, chocolates, polenta, té, cereales, papas, pastas, aceites,
jugos, etc., con los que vecinas y vecinos de la región, por ignorancia,
solemos envenenar, perdón, “alimentar” a nuestras hijas e hijos que no son
resistentes a los agrotóxicos ni a los transgénicos.
Monsanto es corrupción, pérdida de salud en las
poblaciones periféricas y las escuelas rurales afectadas por las fumigaciones
abusivas, expulsión de la familia del campo, muerte de especies polinizadoras,
pérdida de calidad en los alimentos, contaminación grave del agua y pérdida
definitiva de fertilidad en la tierra.
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