El periódico anarquista venezolano "El Libertario" entrevista a un asistente al Taller Libertario Alfredo López
[El periódico anarquista venezolano El Libertario ha sostenido un intercambio solidario y extenso con una persona que participa desde el Taller Libertario Alfredo López en el esfuerzo por reconstruir en su suelo al movimiento libertario cubano, contra el cual el autoritarismo castrista se ensañó desde hace cinco décadas con calumnias, terror represivo y exilio, pero que ahora vuelve con aliento indoblegable a retomar la senda de lucha e ideales de personajes como Enrique Roig San Martín, Alfredo López, Rafael Serra, Marcelo Salinas, y de colectivos como el periódico El Productor, la mayoría de los fundadores de la Confederación Nacional Obrera de Cuba, la Federación de Grupos Anarquistas de Cuba, la Asociación Libertaria de Cuba, el periódico Solidaridad Gastronómica, la revista Guángara Libertaria y el Movimiento Libertario Cubano, entre tantos otros exponentes en la rica trayectoria histórica anarquista de la isla. Motivos obvios explican que no identifiquemos a quien dialogó con nosotr@s ni las circunstancias en que ocurrió esta conversación. No reproducimos tampoco en todo su detalle nuestras explicaciones y comentarios referidos a Venezuela, donde expresamos un enfoque que es accesible para quien consulte nuestras publicaciones y nuestra presencia en Internet.]
º Hablemos de la percepción que Ustedes como cubanos han tenido respecto a las relaciones entre Cuba y Venezuela después del ascenso de Chávez a la presidencia.
- Chávez en un inicio generó unas expectativas muy grandes, con lo de las cooperativas, el poder popular, con la promesa de reivindicar el sentido latinoamericano, todo eso caló muchísimo en Cuba (y yo me sumo entre quienes vieron eso con simpatía). Sin embargo, en las discusiones entre compañeros, algunos desde entonces comenzaron a detectar oportunismo y demagogia en el discurso chavista, y esa posición fue con el tiempo confirmándose en los hechos que veíamos y con lo que comenzamos a saber de Venezuela. Además vale mencionar nuestra experiencia con el “chavismo cubano”, ese chavismo que promocionan los medios oficiales cubanos, mucho mas edulcorado y fabulado que el existente en Venezuela, con todo el relato sentimental de las visitas del “hijo” Chávez al “padre” Fidel, de las proclamas de unidad latinoamericana, de convertir el petróleo venezolano en instrumento de solidaridad y hermandad, bla, bla, bla… Eso tuvo impacto y generó simpatías colectivas en Cuba, además que sintonizaba con el discurso oficial cubano de los últimos 50 años, pero con el tiempo ese clima favorable se ha ido enfriando…
º Pero, ¿hay cosas palpables de mejoras en la situación colectiva de los cubanos a raíz de esta relación?
- En esto vale mencionar los textos de un sociólogo cubano, Aroldo Dilla, quien analiza como Venezuela ha venido a ser el sustituto de la potencia protectora que fue la Unión Soviética, y que ese soporte ha venido a constituirse en factor muy activo de afianzamiento del modelo de capitalismo estatal, por lo que para los cubanos el debate sobre Chávez es algo de gran presencia, porque hoy es un elemento esencial para que se mantenga el fidelismo en Cuba. Por eso, es tan importante para los cubanos de la isla toda la información que se pueda recibir tanto del contacto directo con la realidad venezolana como del vínculo con gente que nos permita conocer información confiable, no sesgada por la propaganda ni por intereses de poder.
º Residí en La Habana por unos meses en la década de los 90, poco después del “Período Especial”, y el transcurrir cotidiano se hacía difícil por situaciones como la de los continuos apagones eléctricos y las deficiencias de transporte. He vuelto en 2010 y se ven cambios. ¿Han ocurrido mejoras al respecto que puedan deberse a ese vínculo con Venezuela?
- Con el aporte del combustible que llega de Venezuela no es que las cosas hayan mejorado en esos renglones que mencionas, sino que se ha retornado al nivel que el capitalismo de Estado cubano disfrazado de socialismo tenía en los 80, que no era nada envidiable ni deseable. De hecho, para hablar de los temas que pones de ejemplo, aunque desaparecieron los “camellos” (vehículos de carga habilitados para transporte masivo de personas), los apagones siguen presentes. También está la explotación del níquel en el Oriente del país, que se ha convertido en un renglón fundamental para proveer recursos, lo que permite volver a un patrón de economía similar al de la década de los 80 pero con un nivel de consumo mucho más bajo.
Hay sin embargo un cambio respecto a aquella época que debo destacar, como es el hecho de haberse generado toda una dinámica productiva relacionada con las cooperativas agrícolas que no existía con tal fuerza entonces. Eso se nota con el auge de la agricultura urbana cooperativa, en especial con la agricultura urbana orgánica, donde hubo un impulso que vino desde abajo, aunque luego se ha contado con respaldo oficial, pues el Estado cubano encontró que esa agricultura urbana ha ido generando un aporte creciente y para nada desdeñable en la provisión de alimentos a las ciudades. El cambio de uno a otro momento no es casual, porque el “Período Especial” generó un impulso a las capacidades de emprendimiento creativo de la sociedad cubana, ya que si el Estado no resolvía ni pretendía resolver, la gente tuvo que buscar sus propias salidas para necesidades tan básicas como la alimentación. Lo que pasa es que este proceso fue secuestrado hacia 2001-2002, pues el Estado se vio nuevamente con recursos y fuerza, volviendo al modelo de control y limitación que conocía del pasado, así que empezó otra vez a poner obstáculos a cualquier iniciativa que no manejase directamente, lo que ha sido desastroso para gran cantidad de emprendimientos en el sector de alimentación.
Hay sin embargo un cambio respecto a aquella época que debo destacar, como es el hecho de haberse generado toda una dinámica productiva relacionada con las cooperativas agrícolas que no existía con tal fuerza entonces. Eso se nota con el auge de la agricultura urbana cooperativa, en especial con la agricultura urbana orgánica, donde hubo un impulso que vino desde abajo, aunque luego se ha contado con respaldo oficial, pues el Estado cubano encontró que esa agricultura urbana ha ido generando un aporte creciente y para nada desdeñable en la provisión de alimentos a las ciudades. El cambio de uno a otro momento no es casual, porque el “Período Especial” generó un impulso a las capacidades de emprendimiento creativo de la sociedad cubana, ya que si el Estado no resolvía ni pretendía resolver, la gente tuvo que buscar sus propias salidas para necesidades tan básicas como la alimentación. Lo que pasa es que este proceso fue secuestrado hacia 2001-2002, pues el Estado se vio nuevamente con recursos y fuerza, volviendo al modelo de control y limitación que conocía del pasado, así que empezó otra vez a poner obstáculos a cualquier iniciativa que no manejase directamente, lo que ha sido desastroso para gran cantidad de emprendimientos en el sector de alimentación.
º Entonces, ¿cabe entender que el apoyo del gobierno venezolano ha sido un respaldo de esta clase de políticas controladoras y restrictivas del régimen cubano?
- ¡Si, Indudablemente! ...
º Siguiendo con el tema de la economía cubana, entiendo que, primero, el turismo – principal fuente de divisas - se ha reducido debido a la actual crisis económica mundial, que ha tenido impacto en Canadá y España que son los principales generadores de turistas hacia Cuba. Segundo, han caído los precios del níquel en el mercado internacional. Además, Chávez no les puede mandar tanto petróleo debido a la caída que ha tenido el precio de este producto en comparación a los niveles que tuvo hasta 2008…
- Si, pero lo que comentas me permite introducir la cuestión de la volatilidad de la economía cubana. En 2010 se han sentido las dificultades en ese plano y hay incertidumbre total, con sus consecuencias en lo social y lo político; además debe sumarse el hecho de que el régimen ideológicamente está a la deriva, que no tiene propuestas o planes para el futuro del país. Esos factores entremezclados hacen que pueda ocurrir cualquier cosa. Inclusive, un deterioro de la legitimidad socialmente reconocida del Estado cubano, que en los años de 1992 a 1995 era altísima a pesar que fue el lapso de la mayor contracción económica que ha sufrido Cuba en su historia, sin embargo la población aceptó que se iba a pasar mucho trabajo pero que eso no significaba repudiar el orden establecido. Ahora eso no existe ya, lo que es un componente nuevo que se agrega a esta crisis que se inicia ahora, aunque pienso que la contracción no será de la magnitud de lo que sufrimos en 1993, pero el régimen perdió la capacidad de respuesta que tuvo entonces, entre otras cosas porque está enfrentando la crisis con el viejo modelo de respuesta de los años 80, donde el gobierno hace todo y la sociedad nada. Hoy la gente no percibe a nadie capaz de generar propuestas razonables, como en su momento se veía al destituido Carlos Lage, quien hasta el momento de su exclusión era una suerte de súper-ministro de economía y figura muy prestigiosa que generaba confianza en esa materia, con imagen de alguien serio que no se iba por la politiquería, pero de pronto ¡el hombre va para abajo! La gran pregunta que se hace ahora la sociedad cubana es: ¿en quién y en qué confiamos?, una pregunta que está ahí, enfrentando al Estado.
º ¿Y la figura de Ramiro Valdés?
- Es como decir el Fouché de la Revolución Francesa. Todo el mundo le tiene miedo. No se le asocia con la politiquería, pero dadas sus funciones, entre la gente no parece ser alguien en quien confiar o tenga popularidad. Es el hombre que ahora mismo tiene los hilos de la cuestión militar y de todo lo que tenga que ver con Internet, las computadoras y el Ministerio del Interior. Sin duda es una figura poderosa e influyente, de la que - tal vez por eso mismo y por el área en que opera – el imaginario popular espera lo peor a pesar de no conocerse con claridad sus intenciones. Para dar un comentario más general en este tema, se puede decir que el régimen no tiene una oferta, carece de figuras políticas disponibles que puedan oxigenar el sistema. Eso – para nosotros - es una gran posibilidad pero también un gran peligro.
º ¿Quiénes representan dentro de la isla la oposición más cerril y conservadora? ¿Qué presencia tienen en la sociedad?
- Hablando de peligros, de crisis y de oportunidades, pienso que uno de los grandes peligros de la coyuntura actual es que la sociedad cubana no sabe identificar claramente las tendencias que empiezan a expresarse de nuevo en relación con el tema del poder. No sabe en este sistema quién es la derecha, el centro, la izquierda. Se promueve la idea de una gran polarización con el régimen por un lado y la gente de Miami por el otro. Como la gente no tiene referentes de otra clase, es muy difícil sacarla de ese esquema. Nosotros estamos trabajando para romper con esa polarización tramposa, pero ciertamente es muy difícil.
º En Venezuela los electores han confiado, por un lado, en el efecto de su “voto castigo” para sancionar a los políticos que incumplen. Por el otro, ello se combina con un “voto mesiánico”, confiando en un Salvador que resuelva por si sólo los problemas que se padecen. ¿Algo que tenga parecido ocurre en Cuba, el pueblo cubano también es “mesiánico”?
- Pienso que este mesianismo está presente en sociedades como las de Cuba y Venezuela, donde el Estado ha jugado un papel decisivo en la gestación y desarrollo de lo que son ahora. Para el caso cubano, el nacimiento de nuestra sociedad es prácticamente producto de un Estado que se enfrenta al Estado español, así que desde su origen la cultura política cubana es muy dependiente de todas esas instancias y figuras asociadas a lo estatal (como la Escuela o la Policía). A diferencia de Venezuela, al ocurrir el proceso independentista cubano más tardíamente tendrá un componente popular que me parece no solo más fuerte sino que en él están involucrados anarquistas, sindicalistas, y en general componentes sociales, políticos e ideológicos más “modernos”. Sin duda, esto generará matices diferenciales importantes entre las culturas políticas de ambos países, lo que se expresa también en el punto del mesianismo. Para esa situación en Cuba, ese componente popular en el origen histórico del Estado y la sociedad hace que haya una exigencia muy fuerte desde abajo para que “El Elegido” cumpla las expectativas, que no sería tan marcada en Venezuela (al menos, hasta donde conozco)…
º Creo entender que hablas del aprovechamiento del mito según el cual el pueblo fue el creador del Estado, de modo que al reconquistar su control - a través del Mesías de turno – vuelve a tener el rol protagónico en la Historia. Chávez ha jugado mucho con ese mito en Venezuela, diciéndole al pueblo que es protagonista pero sin dejar claro en qué consiste eso, pues la cosa va más en lo emotivo… Volviendo a Cuba, quisiéramos que comentases el modo en que después de 50 años sigue operando en tanta gente la creencia casi religiosa en Fidel y el fidelismo, a pesar que esa misma gente te habla de todo lo duro por lo que ha tenido que pasar bajo este régimen.
- Eso lo que indica es lo que pesa la potencia de los recursos ideológicos oficiales, en especial los medios masivos de difusión y la educación, con gran capacidad para crear referencias e ilusiones donde no las hay, diluir posibles descontentos. Por cierto, es interesante notar que fuera de Cuba se habla de “castrismo”, para lo que dentro se conoce como “fidelismo”. También vale mencionar que pareciese como que esa versión cubana del mesianismo ha ido cambiando en el tiempo, de modo que el fidelismo de los 80 tiene diferencias con el de los 90, ya que en esta última década se presentaba como un facilitador del proceso de apoyar esas iniciativas desde abajo para resolver problemas que mencione antes, no tanto como Fidel era el promotor de ellas o que las dirigía, sino que era el tipo que les daba un sentido de trascendencia, un sentido metodológico, al esfuerzo cotidiano que estaba haciendo la gente.
º En agosto de 1994 se tuvo una buena muestra de eso…
- Exacto, y dentro de ese mismo agosto del 94 hay algo muy interesante. Empezó la aglomeración en el Malecón de La Habana porque supuestamente estarían allí unas lanchas que se llevarían a la gente para Estados Unidos, pasaron los días sin que las cosas se definiesen, luego vino la intranquilidad, la ruptura de vidrieras y no se cuantos, pero cuando aparece Fidel en ese escenario los que estaban allí vieron en él quien podía resolver el problema. Yo me niego a aceptar que él fue sólo para imponer el temor hacia el régimen que encarna, sino que en este sistema personalista, totalitario, Fidel representa tanto el poder que reprime como quien puede canalizar el descontento frente al régimen, en el tipo se ven las dos cosas. Así que ante la sorpresa de algunos al ver que después de tantos años todavía el mesianismo opere con tanta fuerza, debe insistirse en que esa figura de Salvador es imprescindible para el cumplimiento de las dos funciones que describí en esa situación concreta…
º Parecido a lo que ocurre en Venezuela, donde tanta gente atribuye la falta de solución a sus crecientes y diversos problemas a que “Chávez no se ha enterado”, pero que cuando escuche de la situación él será quien la resuelva, sin que les parezca contradictorio que sea su régimen el responsable de la mayoría de esos problemas, así que el problema no es la estructura de poder sino que “él no sabe”…
- En ese sentido, me parece importante reivindicar también en Cuba, como Ustedes lo hacen en Venezuela, la necesidad trabajar por el desarrollo de la capacidad de autonomía, de acción y creación propia de los movimientos sociales, porque esa es una vía para romper ese ciclo vicioso centrado en el Elegido todopoderoso. Que la gente proponga ideas, las impulse y construya por si misma. Eso debe ser lo esencial y no dedicarse exclusivamente a combatir las incongruencias del mesianismo. Nuestro colectivo durante algún tiempo manejó una postura centrada en el anti-fidelismo que nos estaba dejando aislados, pero comprendimos que por allí no íbamos a ningún lado, así que nos orientamos a conectarnos con la base popular a través del rescate de sus saberes, de su memoria, lo que nos permitió una vía, un recurso eficiente para conectar con la capacidad creadora del pueblo, que es la ruta más eficiente para que la gente confíe en si misma y rompa con el mesianismo.
º De acuerdo en lo que dices, pero aquí también hay que enfrentar los intentos del Estado, que en Venezuela estamos viendo en ejecución, de instrumentar mecanismos para convertirse en recolector, depositario y administrador de esa memoria y esos saberes, impidiendo que sean la base para una construcción autónoma de acción social de los de abajo… Además, la verborrea oficial de “apoyar el poder popular y de las comunas” cuenta con el arma de proporcionar dinero a las iniciativas que se construyen en base a ese discurso, lo que ha sido un mecanismo muy eficiente de corrupción y control para pervertir o impedir la acción popular autónoma.
- En Cuba eso no ha sucedido, y se puede suponer que se debe a que el Estado no cuenta con los recursos financieros de los que dispone en Venezuela.
º Nos preocupa que los procesos alternativos de izquierda que se estén generando en Cuba puedan sufrir embates represivos. Previniéndose ante tal situación, pensamos que la garantía fundamental estaría en que esos procesos tengan una real inserción en las bases sociales, pues así el poder estatal andaría con más cuidado a la hora de agredirlos.
- Nosotros coincidimos con tal apreciación, porque el régimen cubano se alimenta de un lenguaje demagógico, de supuesto compromiso con el pueblo, al que ciertamente hay que poner a prueba en el momento actual, cuando podría resultar más difícil generar la respuesta brutal que fue la norma en muchas ocasiones del pasado. En mi caso personal, puedo decirle que no me han tocado (aunque si me botaron de mi trabajo hace dos años, cuando sacamos una tela en la manifestación del 1º de Mayo pidiendo un Socialismo desde los trabajadores), a pesar de las diversas actividades de trabajo social y de promoción de ideas en que he participado en tiempos recientes, particularmente en el barrio donde vivo.
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