Entrevista con Fernando Ventura, en la reedición de "Anarquismo Básico. Habla la anarkia.
La Fundación Anselmo Lorenzo ha reeditado el libro “Anarquismo Básico – Habla la anarquía”. Se trata de un texto que tuvo buena acogida en su primera edición, y nos hemos animado por ello a entrevistar al compañero Fernando Ventura, que ha sido quien ha preparado ambas ediciones.
ALB. Para empezar, una pregunta básica ¿podría explicarnos que es “Anarquismo Básico”, ese AnBas como usted lo llama?
FV. Se trata de un libro de divulgación política. En él, con un lenguaje sencillo y directo, se explican los motivos que tienen los anarquistas para rechazar la sociedad presente, la alternativa que defienden, y el modo que tienen de funcionar en el momento actual.¿Y por qué un libro “nuevo”, en lugar de proceder a la reedición de obras clásicas o de autores consagrados?
Porque había una demanda de ese tipo de literatura de divulgación. Me di cuenta de gente que quería una especie de manual entendible que diera explicación a muchas preguntas actuales, y por eso me puse manos a la obra.
¿No piensa que esa sencillez puede constituir un obstáculo a la hora de exponer con profundidad qué es el anarquismo? ¿No corre el riesgo de hacer un catecismo?
No, no me lo parece. El lenguaje difícil y profundo puede estar muy bien para situar el debate a un nivel de expertos. Por ahí andan sus textos y quien quiera que se los lea. Pero es perfectamente factible decir las cosas claras, de manera que cualquiera pueda entenderlas, sin por ello perder esa profundidad de conceptos que menciona.
¿Podría el libro inducir a error en lectores poco avezados?
Para evitar eso están los clásicos, la prensa libertaria, las páginas de internet, las asambleas, el contacto con compañeros y el propio pensamiento independiente... En el AnBas se advierte claramente, y en varias ocasiones, de lo importante que es la formación y la reflexión sobre la Idea, y el peligro que constituye el aprenderse una serie de recetas que den solución a todo. Cuando una teoría tiene respuesta a cualquier pregunta, es porque es una mala teoría.
En el libro es la Anarquía la que habla al lector… ¿Cómo se la imagina?
Siempre la he visto como a una mujer madura, fuerte, sabia, divertida e inquietante... y con mala dentadura. Pensé que sería bonito que hablase a la gente, y que tuviese la oportunidad de decir lo que le diese la gana.
¿Los textos los ha escrito usted?
Hay muchos textos que sí son míos. Pero en determinados temas pido la colaboración de otros compañeros más sabios que yo, que tienen la amabilidad de aportarme sus ideas y conocimientos. Tenga en cuenta que yo soy un divulgador, o un propagandista si lo prefiere. Yo no soy un experto en anarquismo, ni un profesor, ni un pensador original.
¿Y quiénes son esos “compañeros más sabios” que usted?
Pues en general gente sin nombre, que no es famosa en el mundillo. A mí no se me ocurriría pedirle colaboración a alguien mediático como qué sé yo, como Miquel Amorós o como Félix Rodrigo o como José Luis García Rúa por ejemplo, que son compañeros valiosísimos en sus campos, pero que no deben intervenir en un texto divulgativo como este. Esos compañeros tienen ideas muy propias y muy acentuadas, y no habría manera de enhebrarlas en el relato luego. Yo prefiero a gente más desapercibida, que en cierto modo es la que hace el anarquismo cotidiano, y a la que le importa menos o nada que luego llegue yo con las modificaciones y les destripe el discurso.
¿Pero cómo hace esa selección de autores? ¿Qué criterios sigue?
Lo primero que miro es si yo soy competente para escribir el artículo. Si pienso que no lo soy, busco en donde supongo que hay gente que sí es competente. El capítulo de la cárcel lo escribió un preso, por ejemplo. El del arte una artista. El de religión un cristiano. El de lo étnico una inmigrante. El de las mujeres una mujer. El de la ley y la justicia un abogado. El capítulo de economía debe mucho a los compañeros del ICEA…, así siempre. Yo intento fijarme en lo que aporta cada cual, y cuando escucho a alguien interesante, le pido ayuda. Por eso, aunque yo he coordinado el libro (por decirlo de algún modo) y también he escrito mucho de mi capote, no puedo decir que sea mío, y por eso no lo firmo. Ah, y también copio mucho de los clásicos o de lo que se me pone a tiro. No tengo problema en ello.
¿Y cuáles son esas modificaciones que dice que le hace a los textos?
Aparte del estilo literario, que lo suelo poner yo salvo en casos que veo muy brillante algo y prefiero no tocarlo, a todo el mundo le expongo una única exigencia: todo lo que se diga tiene que ser positivo. Si veo algo negativo, deprimente, triste, derrotista, insultante hacia el anarquismo…, lo elimino. Aparte de exponer con claridad el tema, el escritor tiene que dar ánimos y no ser cáustico o ácido con otras tendencias anarquistas. Yo parto de la idea de que la crítica es, en líneas generales, innecesaria y “no hace avanzar”. Criticar, para lo único que sirve es para criticar. Lo que hace avanzar es dar pasos hacia delante, no hablar sobre cómo dar los pasos, o sobre lo mal que caminan los vecinos...
Pues normalmente se dice que la crítica hace avanzar...
La crítica esa que usted menciona, lo único que hace es fomentar discusiones eternas. Mi abuela, que era una persona sabia y analfabeta, siempre me decía que quien critica suele ser un sujeto que pretende que los demás hagan lo que él quiere, y yo me ciño a lo que me enseñó mi abuela.
¿Un libro de anarquismo sin crítica? Eso parece imposible...
Hay crítica en anarquismo básico. Es decir, hay argumentos y réplicas en los temas. Pero la crítica que puede leer en “Anarquismo Básico” es la que se dirige hacia el enemigo, hacia el arquismo, hacia el poder, y ahí si que somos implacables. También si hay varias posturas libertarias en torno a un tema, se exponen de buen rollo. Una vez se hace esa crítica, lo único que queda por hacer es poner en marcha nuestras ideas. Lo importante, no me canso de decirlo, es demostrar que lo que decimos lo hacemos. Mostrar que los demás hacen mal las cosas es una pérdida de tiempo, ya que a la vista está que las hacen mal. Mire usted alrededor, y verá diáfano que los capitalistas y los gobernantes de todo signo son unos cabronazos. Y que los anarquistas también hacemos mal las cosas, pues natural, ya que el que actúa necesariamente se equivoca y para eso estamos. Por eso lo suyo es decir “esto no nos gusta”, y a continuación decir qué queremos y cómo vamos a conseguirlo, y luego ir a la batalla. Actuar lo mejor que podamos y conquistar nuestros objetivos debería ser nuestra preocupación, y no la crítica, que ya hay mucha gente criticando.
Ha dicho que quienes hacen el anarquismo son la gente corriente...¿Podría explicar cómo cree que se hace esa producción de ideas?
Mi opinión, por lo que observo, es que en un primer momento, la gente del común hace cosas. Y luego diversos intelectuales elaboran las teorías tomando sus ideas. Primero los obreros resisten, luchan, hablan y obran. Luego Marx escribe El Capital. Por eso, entre preguntar a los ilustrados, o preguntarle a un chaval que por qué hace algo, prefiero lo segundo. Así me ahorro al erudito, que suele ser algo pesado. Dicho lo dicho digo además que el intelectual avanzado, tipo Kropotkin, Bakunin, Proudhon, Voltairine y demás, es muy importante, no lo desprecio, y yo recomiendo su lectura. Anarquismo Básico abre unas puertas, pero quedarse en él sería un error.
¿Y no es usted uno de esos ilustrados que elucubran sobre lo que hace la gente?
No tanto. Yo no me considero un pensador político original, ya se lo he dicho, sino un simple publicista del anarquismo. No soy un artista, sino un artesano, un técnico. Digo lo que dicen otras personas. Cuando alguien lee un libro como “Anarquismo Básico”, yo no espero que el lector diga “¡oooh!, qué cosas más interesantes dice este tío”, sino “¡caramba!, eso es más o menos lo que pienso yo”. Intento que la gente descubra al anarquista que lleva dentro de sí, no procurar mi propio lucimiento, que es algo contraproducente para un libertario y que me trae al fresco.
¿Por qué no cita a ningún anarquista en ese libro?
Pues por evitar escribir una sucesión interminable de nombres de famosos y una copiosa bibliografía que cualquiera puede encontrar en la red o en una biblioteca. Me parece que en esta ocasión hay un par de nombres, pero como excepción, no como regla.
Quería preguntarle por el cambio habido con respecto a la primera edición, en la que había un tratamiento de la imagen y del sentido del humor que ha desaparecido en esta segunda edición...
Pero se habrá fijado usted que hemos ganado en contenido y en apasionamiento. Los compañeros de la FAL me sugirieron que añadiese al texto ese toque de humor de la primera edición. Pero desgraciadamente, por un lado yo estaba agotado tras más de un año de darle vueltas a los temas, y por otro estaba pasando una etapa muy difícil de mi vida por desgracias variadas que me anulaban esa sensibilidad humorística. Es que es muy difícil trabajar, atender una familia, ir a lo que va saliendo..., y escribir por la noche. Así que el libro sale un tanto serio, pero con mayor fuerza existencial y con mayor contenido. No se preocupe, que dentro de unos años, cuando hagamos la tercera edición, le meteremos los chistes.
¿Entonces el AnBas es una obra personal suya?
Hombre, teniendo en cuenta que le he dedicado bastante tiempo… Pero no, yo lo veo como algo colectivo. Ese libro no representa ni mis opiniones, ni mi carácter, sino que intenta exponer las ideas anarquistas, al margen de mi manera de pensar como anarquista. Siempre, aunque yo no sea de la cuerda de lo que esté exponiendo, si se trata de anarquismo intento mantener la distancia un poquito. Por ejemplo, yo eso del independentismo libertario no lo comprendo, no lo comparto, pienso para mi caletre que no es más que el federalismo libertario de siempre. Pero cuando lo trato, me documento, pregunto, requiero revisiones, explico y le doy un tratamiento simpático a la explicación. Y es una tarea muy difícil, ¿eh?, porque dentro de la misma corriente te puedes encontrar con toda tranquilidad gente que defienda una cosa, y otra que diga lo contrario. Yo intento siempre ponerme en el lugar del compañero que defiende esa postura, al margen de mis propias opiniones. Procuro que el lector comprenda el punto de vista de “el otro”, y que vea lo que de bueno puede aportar su planteamiento. Así que si alguien intenta descubrir en “Anarquismo Básico” sus propios fantasmas, o los míos, me temo que va a realizar un viaje en balde. Ahí puede encontrar materiales para formarse su opinión, no para comprender la mía.
¿Qué es lo que ha añadido al texto con respecto a la primera edición?
Pues muchas cosas. Por ejemplo, haciendo memoria… la explicación de la dichosa crisis, que es algo que no entiende ni el que la ha forjado. Se expone lo que es el capitalismo financiero, cómo se crea el dinero, en qué consiste el capitalismo… En el apartado de variantes de la anarquía se explica el mutualismo, el colectivismo, el feminismo libertario, se da mayor peso al individualismo anarquista… Aunque el anarcosindicalismo y el anarcocomunismo siguen siendo los apartados más extensos, se abren otros subcapítulos para aquellos temas que han generado debate en los últimos años, como el insurreccionalismo, el primitivismo, el independentismo anarquista… No sé lo que darán de sí esas tendencias en los próximos años, si seguirán o desaparecerán, pero lo que se ha dicho ahí queda escrito, y que cada cual juzgue lo que considere oportuno. También el tema de la economía libertaria se hace el esquema de funcionamiento de una economía colectivizada. Se menciona la secuenciación del genoma y las conclusiones que se pueden extraer de ellas en el tema de razas… Se amplían las descripciones de dinámicas asamblearias, pedagogía libertaria, arte y anarquía… En fin, que de un texto de unas cien páginas, se ha pasado a uno de trescientas. Y sigue siendo básico.
¿Qué recomendación haría al lector?
Que como todo es discutible, que discuta con el libro. Y que ayude a la distribución si tiene un rato… Ah, y que defienda la marca “anarquía” sin condescendencias: somos anarquistas, somos los que buscamos “la no dominación”, y eso es lo mejor del mundo. Ni los socialismos autoritarios, ni los liberalismos, ni las religiones, ni las ideas nacionales, ni las drogas de diseño, ni la victoria de la roja en el mundial podrán superar nunca la belleza de la Idea. Y por eso debemos reivindicarla sin complejos.
¿Y qué es lo que menos le gusta de “Anarquismo Básico”?
Mis limitaciones a la hora de elaborarlo. Me da rabia que por cansancio, por falta de tiempo, o por carencia de recursos, o por falta de fuerza o de valor o de conocimientos, no pueda hacer mejor las cosas.
Bueno, ¿qué es lo que más le gusta de “Anarquismo Básico”?
La cubierta de Marisol Caldito. Uno extiende esa portada…, y es emocionante. Yo me la paso viéndola embelesado. Eso es lo que más me gusta del libro, y solo por eso me merece la pena haber realizado el esfuerzo.
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