13 de noviembre de 2009. La foto y el epígrafe pertenecen a la cobertura del diario oficialista Página 12.
16 de octubre de 2010. Cristina en luciendo la remera de la “Juventud Sindical” moyanista
Néstor, Cristina, la Agencia Télam y [canales] 6 7 8 repitieron ayer a coro que, además de condenar a los autores materiales, había que identificar a los “autores ideológicos” del asesinato del militante del PO que apoyaba un conflicto laboral de trabajadores tercerizados en Avellaneda. En la estrategia oficial estaba en mente apuntar a Duhalde, basados en una supuesta reunión del día de ayer de Pedraza, el burócrata al frente de la Unión Ferroviaria, con el ex presidente responsable de los crímenes de Darío y Maxi en 2002. Después se supo que esa reunión había sido un año atrás, noticia vieja, pero difundida por los medios oficiales, ya se había instalado.
Que Pedraza mantenga vínculos con los sectores más reaccionarios del PJ es tan cierto como que, en la estructura de gremios amparados por el kirchnerismo, la Unión Ferroviaria y el propio Pedraza, como parte de la estructura gremial cegetista gozan del beneplácito de las políticas oficiales, aunque Moyano y Recalde hayan intentado despegarse con sus declaraciones de ayer.
Las fotos que abren este artículo de Cristina con Moyano y Pedraza, y de la presidenta con el gorrito de la Unión Ferroviaria tienen menos de un año, remiten a un palco compatido con Moyano y el propio Pedraza en la sede de su gremio, justo en el contexto en que los líderes sindicales oficialistas acusaban a la “zurda loca” por los reclamos de libertad sindical de trabajadores de base.
Buscan incriminar a Duhalde, en este hecho, sólo porque desde el gobierno buscan cubrirse sus propias espaldas. Porque cuando tuvieron la oportunidad histórica de aportar justicia facilitando la investigación que relacionaba al ex presidente con los crímenes de los piqueteros en Avellaneda, el gobierno eligió pactar con el mismo Duhalde que ahora señala, designarlo representante del MERCOSUR mientras se realizaba el juicio por los crímenes de Kosteki y Santillán y el ministro (duhaldista, por caso) Aníbal Fernández entorpecía la apertura de archivos de la SIDE. Y se convertía así, el propio Néstor Kirchner, en cómplice de la impunidad en la que quedaron aquellos crímenes políticos, violando incluso el compromiso público y personal que había adquirido con los familiares de las víctimas y sus organizaciones de militancia. Es que por entonces, recién asumido el gobierno, Duhalde aún era un aliado en el PJ.
Hoy ya no lo es (al menos por ahora, con estos tipos nunca se sabe), y por eso lo señalan. Pero quienes sí son aliados vitales del proyecto K, tras 7 años de consolidación de un modelo político y sindical, son los burócratas sindicales como Pedraza y sus secuaces que apretaron el gatillo (beneficiados, además, económicamente por el kirchnerismo a través del manejo empresarial de la Sociedad Operadora Ferroviaria (SOF), responsable de la gestión del Belgrano Cargas). Como también lo era Zanola antes de caer preso por el crimen de adulterar medicamentos oncológicos para los propios afiliados del sindicato que conducía, como lo es la dirigencia de la UTA que permanentemente atenta contra los trabajadores del Subte y de los choferes de media distancia que se organizan desde las bases.
Y la dirigencia de la propia CGT, la misma que, hace un año, en boca del propio secretario adjunto Juan Belén (uno de los organizadores del acto de la semana pasada en River) calificó como “zurda loca manejada desde afuera por la Cuarta Internacional”, no ya al PO, sino… a la conducción de la CTA. “Un zurdito menos” gritó, según declara el fotógrafo Gerardo DellÓro, el matón de la Unión Ferroviaria cuando su dedo en el gatillo apuntando a Mariano, ayer, materializó la idea predicada con coherencia criminal desde el poder sindical aliado al gobierno kirchnerista.
* Pablo Solanas es militante del Frente Popular Darío Santillán de Lanús.
Prensa de Frente
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